miércoles, 26 de octubre de 2011

MUSEO DE LA MÚSICA. BARRANDA.





El Museo de la Música Étnica, es el fruto de largos viajes de investigación de Carlos Blanco Fadol . Desde 1970 recorrió selvas, montañas y desiertos de países de todos los continentes contactando con grupos étnicos que aún conservan los cada vez más escasos instrumentos tradicionales, así como músicas, historias y leyendas de los mismos que se remontan desde el siglo III a.c. al siglo XX, abarcando culturas de 145 países de los 5 continentes.

Los instrumentos destacan por su exotismo, autenticidad y espectacularidad, presentando tamaños tan dispares como el pequeño clarinete de tallo de cebada de Bielorrusia, hasta el gigantesco tambor chino, que alcanza casi 4 metros de altura, incluyendo su estructura. La mayoría de los fondos museísticos de la colección ya no son utilizados en sus lugares de origen, al ser desplazados por las nuevas tendencias musicales, o reducidos a pequeños grupos de músicos.

Las diferentes secciones del museo ofrecen al visitante una muestra variada de la cultura musical de los pueblos del mundo.


DOCUMENTAL

¿QUÉ NOS TRANSMITIERON LOS SONIDOS?
LEONOR

Al final del pasillo se contemplaba un impresionante tótem que representaba una mujer embarazada dando a luz, el sonido salía cuando tocaban su vientre a modo de una gran caja china. Dependiendo de la forma en que tocaran la música comunicaban al resto de la gente si había nacido un niño, niña o había muerto el bebé.

Este instrumento me llamo mucho la atención y para mí esa música representaba un color gris oscuro ya que se percibía sufrimiento.







CRISTINA

Este instrumento es un tambor, se denomina Gu de China. Como podemos comprobar está hecho con cuero de animales se utilizaba como instrumento indispensable de la banda china en tiempos de guerra. La melodía que el instrumento producía era de fuerte tonalidad, lo que me producía tensión y miedo.


Estas sensaciones las relacioné con el color negro, pues el ruido que producía era tan grave que me daba sensación de miedo y oscuridad, pues a veces los sonidos fuertes te hacen cerrar los ojos y aislarte de la realidad.


ESTHER

Cuando era niña hacíamos reuniones toda la familia en la huerta y para llamarnos a comer nos llamaban con una campaña que tenía mi abuelo. Cuando suena la llamada de reunión me recuerda a ese momento y puedo ver los colores verdes de la huerta.





MARTA

Al sonar el tambor me transporta a mi niñez cuando jugaba en el campo a indios y baqueros. Si cierro los ojos el sonido puedo verlo en mi mente con tonos rojos,marrones y naranjas.




ANA 

Curiosamente al escuchar este aparato me recuerda al invierno y las castañas asadas tan típicas en esas fechas. Me invade el color gris de la tormenta.






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